Empezamos con el proceso constructivo. Como primer paso es fundamental tener en cuenta el tipo de suelo en el que vas a construir. Si es de buena resistencia, como uno rocoso o aglomerado, o si es un suelo arenoso o arcilloso, o inclusive si es muy malo, como un relleno sanitario o el cauce de una quebrada.

Se tiene que hacer un estudio de mecánica de suelos que te permita saber la resistencia y características físicas y químicas del suelo, así podrás saber qué y cómo construir. Cuántos pisos y qué tipo de estructura se debe usar.

Además de asegurarte que tu construcción estará en un buen terreno, evitando posibles asentamientos posteriores. Si tu lote está en una ladera, tienes que tener mucho cuidado en cómo se construyen los muros de contención. Una pirca de piedra no es suficiente.

No quieras ahorrar en ningún material. Presta mucha atención a que el armado de tus columnas y muros estén bien hechos. Si ocurre un sismo, gran parte de la resistencia de nuestra obra va a depender de si tienes suficientes y buenas columnas y muros.

Ante todo, recuerda no poner en riesgo tu mejor obra: tu familia.